GEOMETRÍA DEL SENTIDO


Circlusión, Francisco Jota-Pérez, ilustraciones de Clara Moreno Cela (Dilatando Mentes
Editorial, 2025)


Patricio Uribe


Un eco se desplaza y fija. Reduce variables y varía en sí, recurre a sí.


Recursión: función que se llama a sí misma. Repetición. Repetición de grado superior. Repetición de la repetición. Al infinito.


Omnímodo despojado de lo que no hace eco, hecho sin pausa potencial, sin posibilidad de rastro del origen, nace y se desvanece, eco de los ecos del eco, en un ciclo impensable.


Repetición del ciclo. Sin fin. Sin afuera. Cerrado sobre sí mismo. Un orden. Aparente. Estabilidad local. Lo mismo.


Como un mundo rehecho dentro de un mundo, como si el núcleo terrestre se hubiese
rehecho en el núcleo de una mujer.


Geotrauma: origen originario del sentido, de lo que retorna en sí, de lo que hace como si transitara. Hacia dónde. Núcleo ausente. Ausentante. Falta. Corteza que instaura un orden ausentando la ausencia, desplazando la falta. Automatización.


Alguien finge obedecer, porque le han advertido desde muy temprana edad de la existencia de instituciones cuya única función es la de vigilar y corregir desvíos del imperio del sentido.


Geometría del sentido: superficie continua en la que es posible la repetición, el retorno infinito a lo mismo. Siempre que no se aproxime demasiado al núcleo. Pues entonces aparece el límite de la repetición, la torsión de la superficie: un agujero.

El núcleo de la corteza es la ausencia de núcleo, el vacío.
Tras la disolución y la desmembración en el sinsentido onírico, alguien se rehace, casi idéntico, idéntica, idéntique pero llevando dentro, muy dentro el dispositivo alienígena que lo distinga del resto de bloques de carne que conforman el edificio exosomático “ciudad”.


Xeno: lo extraño, el afuera en el seno del adentro. En el núcleo. El orden de la superficie se fundamenta en el xenonúcleo. Pero el núcleo carece absolutamente de fundamento. Abismo.


el Sutil debe
conocer la representación
recoger lo disgregado
recoger los fragmentos
rehacer el cerco
se debe mentira
el Sutil impone patrones
al ordenar el caos incurre en el error


El orden de la superficie es una huida permanente del hundimiento en el abismo. Una huida inútil, pese a la obsesión del orden con la utilidad, con el hacer, con lo que existe.


La vida en estado puro es destructiva, un veneno mortal que hay que administrar muy
gradualmente.


pero siento
no la vida sino la forma
su espejismo sin toxicidad


Vida, pero no como lo que consiste en sí, orden temporal que se pretende eterno, sino como lo que desestabiliza todo orden, lo que en su proceso de aniquilación implacable conduce a todo hacia el cero. La forma es el cero, o más bien su circlusión, su cobertura.


el desaprendizaje extraña a alguien de lo exterior y le subsume en el Urtexto


el Urtexto des-cifra-se [‘yn-sof] y su distorsión interior, como rizoma, hace el hacer pasar y circular partículas asignificantes


Urtexto: no texto originario, cero inoriginario e inoriginante, que no se limita a ser un no-espacio exento de sentido, sino que expande y disemina el no-sentido desde su no-núcleo. Expansión del cero al cero. Ningún ciclo, ninguna repetición.


La vacuidad nos sirve de ingenio interesadamente exógeno con el que no examinar la muerte-en-la-vida y el ser-en-nada, sino habitarlos, transitarlos y abrir puertas y ventanas a la negrura absoluta y que el vacío ventile las estancias y los corredores de nosotras.


La geometría del sentido colapsa desde su no-núcleo. Inestabilidad absoluta, todo orden solo un corte del cero, equilibrio metaestable, contingente. Composición de la nada, de lo que es en-nada. Creatio ex nihilo: creación como vaciamiento. Y entonces, desde esta vacuidad absoluta, se abre el abismo de lo posible.


La nada es cierta y permite el todo.

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